Durante décadas, el sistema de
transporte público en el Área Metropolitana de Guadalajara ha padecido una
serie de externalidades que no han permitido que éste sistema logre un
crecimiento al mismo ritmo en que crece la ciudad. Ante la falla del sistema de
transporte masivo, se ofreció el transporte individual como una opción para los
ciudadanos de transportarse con rapidez y seguridad. No obstante, este sistema
ha desarrollado, también, una serie de vicios y aspectos que lejos de atraer a
un sector de la población, le han mantenido como una opción sólo para
emergencias, debido, principalmente, a su alto costo, a la inseguridad, a la
competencia por espacios y a la imposibilidad de ofrecer algo más en el
servicio que atraiga al público usuario como clientes.
Como cualquier organismo vivo,
las ciudades crecen y se desarrollan como un reflejo del desarrollo y
crecimiento de sus habitantes, este
proceso comienza desde su fundación y no se detiene, puesto que, como lo
menciona Shumpeter,
las ciudades están en un constante proceso de autoconsumo y de autoconstrucción
que no se detiene.
Siguiendo este proceso, las
ciudades, especialmente aquéllas situadas en lugares clave de las regiones o
países, que se convierten en puntos obligados de paso o de concentración de
energía, sea esta humana, material, en mercancías, etcétera.
Guadalajara, y ahora también su
Área Metropolitana, han sido un referente en materia económica y desde finales
del siglo anterior, el sector comercio y de servicios han experimentado un
crecimiento que se ha reflejado en todo el occidente del país. Dentro del Área
Metropolitana, el municipio de Zapopan, al poniente de Guadalajara, ha
concentrado el desarrollo inmobiliario y económico más fuerte desde que se
construyó la primera plaza comercial de Latinoamérica: La Plaza del Sol.
Eventos como las ferias
comerciales que se realizan durante todo el año y las diversas ofertas
culturales que han colocado a Guadalajara en el escenario internacional,
también han propiciado que la ciudad -o más propiamente- el Área Metropolitana,
reciban una cantidad importante de personajes, empresarios, industriales,
celebridades culturales y de espectáculos, cada vez más seguido y cada vez con
mayor frecuencia.
Ante esta situación, se hace
necesario que a ciudad cuente con un sistema de taxis controlados y regulados
por el Estado, en los que se provea un servicio necesario y confiable, con una
tarifa zonificada que ofrezca un gran nivel de seguridad y confort a un usuario
poco común, acostumbrado a recibir atención y altos niveles de comodidad,
confort y seguridad.
Un sistema de taxis de con
estas características, denominado ejecutivo, posibilitará ofrecer todo el
confort, la seguridad y la atención necesaria para un selecto grupo de personas
al tiempo que permitirá, al ente rector de la movilidad, estandarizar los niveles
y características de la prestación de un servicio que hasta el momento no ha
existido como tal y que se presta de manera intuitiva e irregular mediante el
servicio de taxis comunes que transitan por la ciudad.
El servicio ejecutivo, regulado
por el Estado, con sus características estandarizadas y bajo un esquema de
empresa, permitirá que el servicio se preste bajo parámetros de equidad y
confianza, tanto para los concesionarios como para el público, es decir, habrá
un mayor número de beneficios.
BENEFICIOS
Los beneficios de un servicio con tales características se pueden catalogar de la manera siguiente:
Para
la ciudad:
Un servicio con automóviles de
última generación coadyuvará en la reducción de los niveles de contaminación,
puesto que la tecnología actual en los motores de los automóviles nuevos es
cada vez más amigable con el medio ambiente.
El servicio, enfocado en
ofrecer un traslado seguro y confortable y no basado en el kilometraje y tiempo,
será un elemento a considerar para no congestionar aún más las vialidades de la
ciudad.
Automóviles con una vida útil
menor y con una garantía de uso reducida, garantizará un mayor nivel de confort
y una reducción en la cantidad de contaminantes
arrojados a la atmósfera.
Para
los concesionarios:
El servicio regulado por el Estado
permitirá ofrecer una base de confianza en la participación económica y una
garantía de seguridad en la inversión de quienes participen en la provisión de
este servicio.
Además, las regulaciones en
materia de prestación del servicio, harán posible una equidad en materia de
ingresos que no se ha podido lograr hasta el momento en materia de servicio de
taxis.
Para
los ciudadanos:
Los ciudadanos podrán acceder a
un servicio especial destinado, principalmente, a personas de alto nivel,
nacionales y extranjeros. Cabe señalar, que no excluye a la demanda de
cualquier clase socioeconómica.
Las características de
operación, permitirán reducir los niveles de contaminación en la atmósfera y de
congestión en las vialidades.
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